viernes, 9 de octubre de 2020

 


 

Tres Muertos, de Manuel Machuca. La Isla de Siltolá, Narrativa. Sevilla 2019.

 

Ayer me llamó por teléfono Manolo cuando estaba regando las macetas y, como sabe que hace mucho tiempo que no me llama y, que no nos vemos, después de un preámbulo, de cómo estas… qué haces… que de tiempo sin oírte… me suelta socarronamente que si me voy con él a pescar… coincide que en Jerez donde trabaja es fiesta local, se celebra el patrón, San Dionisio y ha pensado en que puedo ser una buena compañía para un día, bueno una mañana, de pesca… a mi pescar no me gusta, pero el contacto con el mar, con la alta mar, con el silencio que una vez se paran los motores del barco se produce, me fascina; ese mecer de las olas, tan relajantes… y aunque se me notaba que aceptar la invitación me sacaba de mi rutina, a la que tanto me he aficionado desde que me he jubilado, me levanto cuando me despierto, aseo, hago la cama de mi mujer y mía, media hora de meditación, desayuno, jardinería, golf, comida, siesta, lectura, ordenador, trabajo fin de master, cena, hormiguero, lectura, me acuesto… eso sí, todo con flexibilidad, porque siempre hay roturas de rutina que me fastidian pero que acepto, como esta que relato… total, que acepté la invitación y quedamos en vernos sobre las diez para irnos al puerto de Chipiona donde Manolo tiene el barco y de allí salir para la mar…

A las diez y pico, para ser fiel a mi impuntualidad, aparecí por casa de Manolo que todavía estaba desayunando… me hizo pasar con él a la cocina y allí en la encimera vi un libro con un título inquietante “Tres muertos”… a nosotros los humanos desde que tuvimos conciencia de que nos tenemos que morir sí o sí, todo lo que ronda la muerte como que nos da repelús, por no decir, miedo… pero bueno, Manolo se estaba terminando una barrita de pan integral con salchichón del bueno, regada previamente con aceite de oliva de Pegalajar, posiblemente el mejor aceite de oliva del mundo al decir de Manolo; le acepte un café que me ofreció, acabamos y partimos… En el trayecto hasta Chipiona de diez minutos repasamos las noticias del día, lo mal que está todo, lo que se nos viene encima, Manolo puso de vuelta y media al coletas, del que se acordó porque pasamos por delante del bar donde este verano tuvo Monedero, compañero del coletas, el incidente con algunos lugareños no muy proclives a sus ideas… y con estas llegamos a puerto, embarcamos y a la Mar… Manolo, muy propio él, coge la radio y comunica con el control del puerto para decir “Control, control, el Tabarca sale a la mar…” y contestan “Oído Tabarca”… es por si no volvemos para saber que nos tienen que buscar… lo cual es de agradecer…

Empezamos a navegar, y como buen invitado, espero a que Manolo me diga que tipo de arte de pesca vamos a realizar… yo confiaba en que fuera a fondo, por aquello de apagar los motores y disfrutar del silencio ya mencionado… pero no fue así, Manolo me dice que vamos a realizar pesca al curricán que tiene como principal inconveniente que no se paran los motores y como segundo, que no se puede disfrutar de esa mecida cadente de la mar en calma casi chicha, pero no chicha del todo… aun con todo nos acompañó el día, soleado, con una mar de color indecible pero de una belleza relajante para la vista, ni verde, ni azul, sino verdeazul a veces y azulverde otras… Con estas… rumbo a 204º grados del gps porque así nos daremos de bruces con unas marcas previas que tiene Manolo en donde hay bonitos (que no son bonitos sino alistados) al por mayor… llegados al punto, echa Manolo las cañas, ralentiza el devenir del motor y empiezan a pasar los minutos, los cuartos… la primera hora… ya habíamos hablado de casi todo… y de pronto no sé porqué me acuerdo de los “Tres muertos” y le pregunto a Manolo que de qué iba el libro…

Manolo, que no es parco en palabras, me mira, y me dice muy serio… la mejor novela que he leído en mi vida… yo pienso que como el aceite… supe de ella, me cuenta, porque como sabes, estuve un tiempo asistiendo a una tertulia literaria que con esto de la pandemia se suprimió… pero han tenido la feliz idea de reanudarla on line vía zoom… la Tertulia funciona con la lectura de un libro que nos comunican con tiempo y lo comentamos con su autor lo que le da mucho aliciente a la lectura… yo pienso en preguntarle cómo me puedo hacer de esa tertulia, el sigue… no sé si calificarla de novela, de narración, de biografía… se queda pensativo… y le pregunto, ajeno al contenido del libro, que de qué va, ¿policíaca?, por aquello de los muertos… Manolo me castiga con una mirada de las que se dirigen a los niños impertinentes y me suelta… es claro que una novela policiaca, por muy buena que sea, y las hay muy buenas, nunca va a ser el mejor libro de mi vida, entre otras cosas, porque quién califica el libro mejor de mi vida soy yo mismo, y como te digo, éste que acabo de leer, que no es una novela policiaca, es el mejor libro que he leído en mi vida… hasta aquí… igual empiezo la siguiente novela que está programada para la tertulia que se llama “Todos mienten”… de no me acuerdo el nombre… pero sí del apellido… Vallés… creo… y te digo que es esa es la mejor novela que he leído en mi vida… pero hasta la fecha, ya te digo… “Tres muertos”, es la mejor novela que he leído… y no entro en cuestiones técnicas que eso lo dejo para los entendidos, sino por la valentía con la que esta escrita… porque a mí el autor no me engaña, y aunque es una novela, estoy seguro que tiene un montón de autobiografía… y el tío le hecha huevos… y cómo se desnuda y desnuda a sus familiares más directos… para eso hay que tenerlos bien puestos…; una ola subidita de tono para el día tan bueno que hace zarandea el barco mas de la cuenta y Manolo abandona el discurso literario para centrarse en las cañas… no pica nada… yo intrigado por saber algo más de la novela le pregunto, ¿entonces de que va la novela Manolo?... Pues va de la vida misma… pero muy bien contada… con un devenir apasionante desde la primera pagina hasta la ultima por la forma en la que vas descubriendo a  los personajes… cómo dialogan entre ellos, sin haber dialogo propiamente dicho… con una trama que siendo la que monta el novelista, puede ser perfectamente la trama de cualquier de nuestros antepasados… de los que sufrieron la guerra… el hambre… de las que fueron señoritos bien y luego vinieron a menos… de los tíos raros que habitan el mundo… de la buena gente… de esfuerzo y superación… de rencor, odio y maltrato… de sufrimiento y  manipulación… de todo eso va la novela… pero quillo, qué bien narrado¡¡

Visto que el día de pesca, mas que de pesca es de paseo por la mar, le insisto a Manolo para que me diga algo más sobre la que el califica la mejor novela que ha leído en su vida… y rompe… a mí, una novela que empiezo a leerla y, no la puedo soltar, que me ha costado un cabreo de mi mujer que me instaba a que dejara de leer para cenar juntos,  que me dio el primer día de lectura las cuatro de la madrugada leyendo… que al día siguiente la tenía finiquitada, y me había emocionado en muchos momentos de su lectura… en otros me había hecho reír… por dentro me dejaba con un sabor agridulce sobre la vida que hemos vivido y vivimos… de lo mierda que somos muchos y de lo bueno que también esos mierdas pueden ser… de lo que es la sociedad, tan jodidamente cruel con los de abajo y tan complaciente con los de arriba…  que hoy estas arriba y mañana abajo… de lo mucho que se puede sufrir y hacer sufrir… en fin, ya te digo… un novelón…

Manolo ve que la hora del almuerzo se nos viene encima y no ha picado ni una gaviota hambrienta que revolotea cerca del barco… nos vamos a tener que ir ya proa a Chipiona porque esta claro, me dice Manolo, que hoy no pescamos na de na… volviendo le digo a Manolo que mañana mismo me la estoy encargando en la Librería para leerla… haces muy bien, me dice Manolo, lo vas a disfrutar tela, porque te conozco y sé que compartes mucho de lo bueno que hay en la narración… vaya lo que han dado de sí tres muertos…

 


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