viernes, 19 de noviembre de 2021

A propósito de una estupenda novela… que es Trigo limpio.

 



 

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Nota aclaratoria para los que no han leído la novela: léanla porque no les defraudará. Y si la leen antes de leer esta especie de reseña mejor, porque se darán cuenta de que esta reseña no va de la novela propiamente, sino de los consejos y advertencias que el autor, o mejor dicho, el narrador, se da a sí mismo a la hora de escribir la novela… pero aquí, no destripo la novela, ni hablo de su línea argumental, ni hay critica… aquí solo hay el deseo de ayudar a un amigo que sé que le encantaría escribir una novela y no se decide…

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Había quedado con Manolo para ir a la pescadería. Había cola.  Ahora, en estos nuevos tiempos de la peste (léase Covid19) que nos ha tocado vivir, hay colas en todos lados, unas pequeñas, otras kilométricas… distancia de seguridad… solo dos personas dentro, por favor… lo positivo es que ha incrementado nuestro grado de educación en varios puntos que antes de la peste. Bien, pues en la cola de esas que se ocasionan por el  “solo dos dentro, por favor”, que nos piden en la pescadería de la que Manolo y yo somo habituales clientes, al solito del otoño que tan rico es… me dice Manolo que acaba de leer una novela espectacular que ha sido galardonada con el Premio Biblioteca Breve 2021 de la editorial Seix Barral… lo del premio ni le quita ni le pone nada a la novela, en todo caso al autor sí, que le infla algo la cuenta corriente, al margen del subidón que cualquier premio por birrioso que sea le ofrece a cualquier ser humano… Sin esperar comentario mío alguno, Manolo me dice que cuando llegue a casa lea los folios que me entrega para que vea el alcance de la novela… adelántame algo, le pido a Manolo… léela es su respuesta… y compramos unos hermosos langostinos, huevos de choco y unas huevas de merluza para freírlas…

Llego a casa y del tirón me pongo a leer los folios de Manolo que transcribo fielmente:

“Apuntes que saco de la novela de Juan Manuel Gil, Trigo limpio, publicada en Seix Barral en el año 2021.

Nota: Estos apuntes los he tomado una vez leída la novela, para pasártelos, amigo, que sé que te gustaría escribir una novela pero no te atreves, para animarte.

1ª Advertencia que debes tener en cuenta: «Es lamentable cuando alguien que se dice lector no entiende nada de lo que ha leído , pero más triste es confundirlo todo. La vida con la literatura. Las personas con los personajes. El autor con el narrador. la verdad con la verosimilitud. Y, lo más preocupante, lo biográfico con lo autobiográfico. Sucede más de lo que cualquiera podría imaginar. Ir por la vida confundiéndolo todo es como no ir por la vida. No sé si me explico. Es una auténtica pena». (Pág. 36)

Es decir, no tengas miedo a escribir una novela porque la novela, novela es, y te permite escribir lo que te dé la gana, sea o no autobiográfico, sea o no producto de tu imaginación… el problema lo tiene el lector si se ve reflejado en el cabrón que tú estás describiendo en la novela… ¿lo entiendes?... tú a lo tuyo… ¿tienes la historia? pues escríbela…

1er Consejo: «Quienes saben de estas cosas afirman que los personajes secundarios son tan o más necesarios que los principales. Yo no diría tanto, pero reconozco que algunos de los secundarios con los que me he encontrado a lo largo y ancho de mis lecturas me han embelesado poderosamente. El problema es que en la novela moderna ya casi no sabemos quién es principal y quién es secundario. Las fronteras, como las cicatrices, si aprovechan la orografía, pueden pasar desapercibidas, y eso empuja al lector contemporáneo a un mar de dudas». (Pág. 41)

Es decir, deja bien claro en tú historia quién es cada quién, no juegues con el lector al escondite, porque el lector lo que quiere es disfrutar de tu novela. Eso no quiere decir que no haya suspense, o que dejes a la imaginación del lector (el que la tenga) como era la tía que el protagonista se estaba tirando en el probador de unos grandes almacenes, por poner un ejemplo… pero tú, ya sabes, nada de crear dudas existenciales en la novela que al lector le da congoja, no la termina,  y va por ahí diciendo que tu novela es una mierda… los personajes, personajes son, y como tales tienes que tratarlos… destácalos si ves que la trama te lo permite o entiérralos en la miseria para que al lector le entre la pena, que eso vende…

2ª Advertencia: “Por no hablar, claro está, de los casos en que escritores, críticos, estudiosos y editores se acaban poniendo estupendos y nos cuentan que en tal o cual novela el protagonista es la ciudad, o la atmosfera, o el tono de la narración”. (Pág. 41)

Es decir, aquí lo que te están diciendo es que nunca hables mal de una novela, porque crucificaran la tuya. Los escritores son como cualquier gremio humano, corporativistas, y nunca dirán que una novela es una mierda, aunque lo estén pensando con absoluta certeza; darán rodeos, para decir que la novela en cuestión es de un realismo critico que interfiere en el subconsciente del lector de tal manera que lo que parece una escritura abigarrada ( léase que es una mierda) es en realidad un giro poético de la faceta humana del autor… ¿Tú tienes tu historia? pues escríbela… y si luego resulta que no sabes escribir pues te quedas con el haberlo intentado… pero no tengas miedo a que no te la van a publicar… tu fíjate en la solapa trasera de cualquier novela que leas,  ¿cuántas novelas te anuncian? quince o veinte mínimo, de colecciones que van ya por las 243 novela…  y ¿a cuantos autores de la solapa, conoces?,  ¿a uno, a dos máximo?... entonces, por qué no vas a ser tú uno más… insisto… ¿Tienes la historia? pues escríbela…

2º Consejo: «Quienes saben de esto también dicen que una buena novela debe albergar en su discurrir más de un repecho; que no es bueno que la lectura sea una actividad en descenso zigzagueante todo el tiempo». (Pág. 46)

Es decir, no metas paja en la novela. Algunos lectores son absorbe palabras, y aunque no las entiendan, leen y leen… otros se lo tragan todo de pe a pa porque los veinte euracos que le ha costado la novela lo tienen que justificar… No me quiero enrollar… lo que te está diciendo este buenazo de Juan Manuel, es que no te vayas por las nubes… que tampoco descubras todas tus cartas al lector en los primeros capítulos porque la has cagado… y sobre todo que no tires dos párrafos de veinte líneas cada uno para decir que sonó el teléfono en la habitación, por ejemplo…

3er Consejo: «Porque un repecho nunca es un rodeo. Es un cambio de cierta brusquedad en el que perdemos de vista el horizonte. No es que el lector sienta que está siendo obligado a tomar el camino más largo». (Pág. 46)

Es decir, puedes meter algo de paja pero que no se note mucho… y si tienes que meterla que sea en descripciones de sexo, por ejemplo, que son muy socorridas en la novelas… pero no obligues nunca al lector a que vislumbre que la novela tiene cuatrocientas veintisiete páginas, va por la doscientas treinta y cuatro y todavía no ha experimentado ninguna emoción, es decir, no se ha reído, no ha llorado, no se ha calentado o no ha sentido frio… porque entonces, ciertamente el camino para el lector para llegar hasta la última página de la novela es bastante largo…

4º Consejo: «Quienes saben de esto también afirman que a la hora de escribir una buena novela se debe tener muy presente el principio clásico de unidad y variedad». (Pág. 57)

Es decir, obvio: la historia que vas a contar tiene que tener una unidad que se manifiesta en la variedad de sus partes… esto que parece de Perogrullo, es la clave para que tu historia sea un éxito o un fracaso… me explico… si tu historia manifiesta una unidad absoluta, se convierte en una historia monotemática, que probablemente aburrirá al lector, que probablemente calificará tu historia de perogrullada, si es benévolo, y de una mierda si es contundente… Por otro lado, si tu historia es absolutamente variada, el lector no se enterará de que va la historia, se aburrirá, y dirá que eres un autor malo de cojones, si es contundente, y que te queda mucho por madurar como escritor si es benévolo… Entonces la clave, como casi en todo en la vida, está en el equilibrio entre la unidad de la historia y su variedad… así que, si tu historia la tienes clara, manifiesta una unidad argumental, y te da juego para que introduzcas variedad argumental alrededor de la unidad, el éxito lo tienes asegurado… equilibrio, amigo, equilibro… unidad y variedad en su justa medida…

3ª Advertencia: «De un tiempo a esta parte, no está bien visto que el escritor haga uso del narrador en tercera persona». (Pág. 81)

Es decir, por increíble que te parezca, querido amigo, en esto de la literatura también hay modas, y ahora no está de moda, ni bien visto, que tu cuentes tu historia en tercera persona, como si Dios mismo se tratará, que todo lo sabe, todo lo ve y todo lo puede hacer cambiar, fluctuar, matar, nacer… vamos lo que un novelista puede hacer en su novela omniscientemente… así que a estos progres de la literatura supongo que  no les gustará una deliciosa novela que acabo de leer, de Hella S. Haasse, Los señores del té, porque la buena señora la escribe en tercera persona… bueno como esto es cuestión de gusto, y de personalidad, tu escribe tu novela como te sea más cómodo, porque a mí nunca me ha gustado dejarme llevar por modas… además lo de escribir en primera persona tiene el problema de que el lector cree que todo lo que escribes te ha pasado a ti realmente, con lo cual te puede pasar como aquel escritor que vino a dar una conferencia a la librería Machado y una señora se encaró con él porque decía que era un maltratador, y todo porque en una de sus novelas el narrador maltrata a su pareja en primera persona… en fin… como tú no aspiras al Nobel, ni al Planeta, que es casi más importante ya que el Nobel, escríbela como quiera, pero escríbela…

5º Consejo: «En el fácil o difícil cometido de escribir una novela. el escritor debe plantearse, al menos, una disyuntiva. ¿Qué es deseable: asumir el riesgo de malvivir en la monotonía o de fracasar por dispersión?». (Pág. 93)

Es decir, ni lo uno ni lo otro. Ni monotonía ni dispersión. Algunos autores actuales, creen que cuanto más difícil se lo pongan al lector en cuanto a que éste disfrute de su novela, sino a retazos, la novela será mejor… lo dudo… yo creo, querido amigo, que en esto de la literatura, como en todas las artes, existe el genio, dotado de una maravillosa forma de escribir que hace que todos tus novelas sean un éxito… el Llosa, por ejemplo… y luego están la legión de escritores, donde los hay buenos, mediocres y malos… a ti amigo mío, te tiene que dar igual, porque es tu primera novela, para saber si has sido monótono o disperso primero tienes que escribirla… pero eso sí, no abuses de la paciencia del lector, y aunque confíes en su imaginación, cuéntale una historia, o varias historias que luego es una sola historia, pero que se entiendan… hay historias que el lector, te lo digo por experiencia, piensa que es memo porque lee y lee página tras página y no se entera de nada… eso el lector no lo perdona sobre todo si la novela es de las de veintitantos euros… en esto de escribir, creo yo, que lo mejor es que escribas para ti, y si luego la gente lo lee y le gusta, pues estupendo… si no les gusta, pues te quedas con el placer de haberte contado una bonita historia a ti mismo…

6º Consejo: «Cuando presiento que un bloqueo creativo está punto de caer en mi vida, tengo la costumbre de coger un edredón y llevarlo a una lavandería de esas en las que metes monedas y te toca esperar un par de horas como mínimo… el objetivo: que las ideas lleguen aunque sean horrorosas». (Pág. 99)

Es decir, tú aun no sabes qué es eso del bloqueo creativo porque aún no estas en tal proceso de creación, pero llegado el momento te llegará… así que vete buscando un edredón o similar y una lavandería de moneditas para que cuando te llegue ese día que estás en blanco, y el ruido monótono de la lavadora o de la secadora te ayude a que tu cerebro vuelva a crear, a recordar, a pensar en nuevas tramas que te ayuden a retomar tu novela… si le funciona a Juan Manuel por qué no te va a funcionar a ti… con bloqueos o sin ello si tienes la historia, escríbela…

7º Consejo: «Quienes saben de estas cosas aseguran que detrás de la mayoría de las buenas novelas hay excelentes editores. Que el entusiasmo que invierten no solo en los libros, sino también en sus autores, contribuye de manera decisiva a que sus obras cristalicen. Es, precisamente, esa forma de cristalizar la que diferencia una buena novela de lo que sencillamente es una historia amorfa, ya que en ese proceso se consigue una estructura íntima ordenada. Por ello suelen hablar de tres coordenadas fundamentales: tiempo, reposo y espacio. … Tiempo: si es lento y largo el proceso de escritura, mejores novelas tendremos, puesto que lo súbito, aunque alimenta la intuición, propicia el defecto. Reposo: la calma permite una mejor ordenación de las fases del proceso creativo. Espacio: si la historia crece sin problemas de espacio interno -es decir: nada de precipitar el final- , su estructura se manifestará de forma poliédrica, porque ya se sabe que lo peor que se le puede aplicar a cualquier creación es el adjetivo plano». (Pág. 170)

Es decir, aquí en este consejo hay mucha enjundia. No te preocupes si no tienes un buen editor, es natural, sería tu primera novela, y a unas malas la autopublicamos y punto. Aquí lo importante a valorar es la generosidad de Juan Manuel que ha compartido contigo ese consejo que le han dado esos buenos editores que él tiene la suerte de conocer. Quédate pues con esa mágica trilogía que hará que tu proceso de creación pueda generar una buena novela y no una insulsa historia que no le interese mas que a tu madre y allegados… Tiempo, reposo y espacio. Tomate todo el tiempo que necesites para escribirla… si tienes ahora sesenta y dos años, y llevas no sé cuantos sintiendo el gusanillo de escribir una novela y nunca te has puesto a ello, no me tengas ahora prisa por poner todo por escrito a velocidad de diez A4 por día… no…  se lento en el escribir, en rumiar lo escrito, en pulir, leerlo y volverlo a leer… Reposo. Como tu practicas la meditación, calma no te va a faltar… aplícala a tu proceso de creación… ordena bien las fases de la novela… y luego con calma la vas desarrollando… y por último espacio… dale sitio a tu historia para que quepa todo aquello que aporte sal al desarrollo de la misma… no tengas un inicio, desarrollo y final de forma plana, convencional… no… hay que romper moldes, y para eso necesitas espacio… se valiente y todo lo que se te manifieste interesante súmalo a tu historia… ¿la tienes? escríbela…

4ª Advertencia: «Quienes saben de esto aseguran que, para que una novela atrape la atención del lector, la dosificación de los hechos que componen la línea argumental debe estar rigurosamente estudiada». (Pág. 197)

Es decir, esto es orden, concierto y rigor a la hora de exponer la línea argumental de la novela. Como dice Juan Manuel, nada que objetar a esta advertencia tan de sentido común, pero él nunca la ha utilizado, y es un grandísimo escritor… él es más de dejarse llevar por su intuición, y le va muy bien… Tú, querido amigo, lo que no debes hacer es atragantar al lector de datos en las primeras paginas de la novela de tal forma que ya adivine todo lo que va a ocurrir… en eso, como novato, yo planificaría, dosificaría la información para que el lector pueda usar también su imaginación en lo que cree puede pasar… ya veremos si acierta o no…  pero eso de dejarse llevar por la intuición de cada uno, suena muy bien… así que tú mismo… orden y concierto, con dosis de libre albedrio… esa seria la receta ideal para un principiante…

5ª Advertencia: «Quienes saben de esto aseguran que no existe un brebaje para que una novela tenga el éxito garantizado, entendiendo por éxito hordas de lectores que compran el libro y lo recomiendan con voluntad de militante… nunca está de más recordar que los recetarios o los libros de instrucciones son ideales para preparar un clamar en aceite… pero no para escribir una historia decente». (Pág. 233)

Es decir, tira a la papelera esos ensayos sobre cómo escribir una buena novela. La novela la tienes que escribir tú con tu bagaje cultural, con tu estilo, con tu forma de ser, vamos… con tu intuición… luego se la das a un buen corrector, que los hay, Antonio Tocornal, por ejemplo, además excelente escritor, y él te dirá si sobra o falta algo… pero es tu yo el que se debe vaciar en tu historia… nunca he visto mejor ayuda que estos consejos y advertencias que da Juan Manuel en su novela para alguien que quiera escribir una novela… aunque no sé si ese es su objetivo… pero se le agradece… Es verdad que hay muchos talleres de escritura creativa, de ficción, de novela negra… respetables todos, interesantes,  pero como tú tienes la historia… escríbela…

6ª advertencia: «… puede que escribir sea eso. No tener las cosas claras. Porque quien asegura tener todo claro no se detiene a escribir nada, ¿no?.» (Pág. 267)

Es decir, más claro no te lo puede decir, querido amigo, tú, que siempre me dices que no tienes claro si escribir o no tu historia… Juan Manuel te lo dice bien claro… escribe, el que no tiene las cosas claras, para así compartir… y sí encima te aclaras pues miel sobre hojuelas… tienes la historia… (he quitado la interrogación porque sé que la tienes) escríbela…

8º Consejo: «Todas las personas, incluidas las escépticas, necesitan compartir historias. … Eso las hace cooperar en el sentido más amplio de la palabra. Y esa cooperación les garantiza seguridad, certeza, estabilidad. Y amor. Amor también.» (Pág. 267)

Es decir, escribir es terapéutico. El que escribe, lo hace por una necesidad: contar una historia… y cuando la cuenta, bien o mal, ya se verá, adquiere seguridad en sí mismo, has logrado contar la historia, repito, bien o mal, ya se verá; adquieres certeza, si es que en esta vida hay alguna, tú ya tienes una: has sido capaz de escribir tu historia; adquieres estabilidad, emocional sobre todo, porque imagino que escribir una historia es como una especia de parto, y una vez has parido, que solaz; y nos dice el bueno de Juan Manuel, que adquieres hasta más capacidad de amar… o sea, que si no escribes la novela querido amigo la escribiré yo por ti…

7ª Advertencia: «No existe un uso inmaculado del lenguaje. No existe lenguaje sin función porque todos buscamos algo cuando hablamos con alguien». (Pág. 269)

Es decir, olvídate de ese miedo tuyo al uso del lenguaje… cada uno lo emplea como puede, sabe y llega… aquí el que tiene la última palabra es el lector, y si tú le ofreces con honradez una historia que llega, éste siempre te lo agradecerá esté más o menos pulido el lenguaje que uses… Además, como buen lector que eres, sabes, que lo que un escritor entrega no es un lenguaje, un estilo o un argumento, es una parte de él que quiere compartir, y tú lo recibes con tu bagaje vital de una u otra forma, al punto, que lo que a ti te hace reír, a otro le hace llorar… el lenguaje es un vehículo para comunicarnos que cada uno emplea con más o menos acierto… hay reglas, pero las reglas están para saltárselas, si es el caso…

9º Consejo: «Creo que para que una historia arraigue en el pecho de cualquier lector, es conveniente no trillar ni aventar el grano hasta el punto de dejarlo solo, inmaculado, lucido. Las pequeñas piedras, la tierra, el polvo, las espigas y otras semillas han de estar ahí, junto al trigo». (Pág. 297)

Es decir, esta preciosa parábola de Juan Manuel, nos da el sitio a los lectores… algunos escritores lo dan todo tan mascado… suponen que el grado medio de inteligencia de sus lectores es pírrico… aquí solo me queda decir como aquel maravilloso contador de parábolas decía: el que tenga oídos para oír, que oiga…

10º Consejo: «Quienes saben de estas cosas aseguran que la acción de un libro más que acaecer corre con habilidad entre la piedras.  … A veces, con suerte, sabemos dónde estamos, pero casi nunca hacia donde nos dirigimos. Navegamos en mar abierto». (Pág. 318)

Es decir, aquí nos hablan los que saben del vértigo de la escritura que se hace con honradez… empiezas la historia y ésta te lleva por vericuetos inesperados que debes asumir y contar… te encuentras con muchos obstáculos que hay que saltar, o afrontar… mejor metáfora no pudo emplear Juan Manuel: el escritor, que lo es con honradez, navega a mar abierto… a lo que venga… con entera libertad… de eso tú, querido amigo, de navegar a mar abierto, sabes algo… siéntete libre… afronta el vértigo de la escritura… suéltate… escríbela…

11º Consejo: «Quienes saben de estas cosas aseguran que no es conveniente que la historia tenga la misma contundencia que una carpeta de secretario judicial. No es necesario que se deje constancia de cada cosa que se dijo o se calló, de cada mueca o movimiento que un personaje garabateó en el aire, de todas y cada una de las fases que se suceden en el desarrollo de una acción». (Pág. 325)

Es decir, dale su sitio al lector. Deja que la imaginación del lector juegue un papel muy importante en tu novela. Así te lo ganas seguro. Probablemente, tú, como escritor novel, aunque tengas sesenta y dos cumplidos, intentarás describir hasta el color del pelo de ese que pasaba por allí… no es fácil, pero se puede… recuerda, dale sitio al lector… que él ponga muchos de los colores, tonalidades y sentimientos en tu historia… todo es empezar… el símil de la carpeta del secretario judicial es genial… nada hay mas desagradable y hasta detestable que un escrito judicial… pero mi querido amigo, si le pones amor, constancia y trabajo la sacarás adelante… estoy seguro de ello…

8ª Advertencia: «Quienes saben de estas cosas aseguran que, desde el momento en que renunciamos a la omnisciencia del narrador en tercera persona, estamos condenados a que los personajes definan su esencia a través de sus actos y de sus palabras. Tenemos restringido el acceso a ese espacio donde germina la voluntad que los impulsa a hacer esto o aquello. Llamémoslo como queramos: corazón, espíritu, subconsciente, lóbulo frontal o sala de máquinas. Por tanto, son las decisiones de los personajes, sus palabras, sus silencios, sus impulsos los que nos permiten radiografiar e interpretar qué se cuece en ese remoto lugar de sí mismos». (Pág. 370)

Es decir, escribe en primera o en tercera persona, pero escribe. Lo digo, porque a mi me gustan mas las novelas en tercera persona… me siento como lector más a gusto… en primera persona, veo siempre al autor implicado en todo lo que cuenta y no me agrada… su hay maltrato en la novela pienso que él pudo ser un niño maltratado… no sé, en tercera persona el que escribe no es protagonista de la novela, es dios… y a dios no lo conocemos… en primera persona todo es ciertamente mas intenso… no sé, bueno, también he leído grandes novelas en primera persona que me han dejado impactados como esta de Jua Manuel… pero entiendo lo que dice Juan Manuel de las restricciones a las que te somete el escribir en primera persona… ese acceso a lo más íntimo de cada persona no lo tienes, excepto si ella te lo cuenta o te da acceso… en tercera persona, como eres dios, no tienes problemas para acceder y estar dentro de cada personaje, contar sus miserias implacablemente o hacer el amor esposado… te da igual, como autor, porque no te ves implicado… sin embargo en primera persona, cuando el autor describe que aquella droga le hizo perder los papales con su mujer y la pegó… todos los lectores pensaran ¿será un maltratador este escritor?... tu dices que es ficción, pero… siempre habrá el lector que pensará… cuando el rio suena agua lleva… Bueno, querido amigo, no sé si te estoy ayudando… elige tú como quieras narrar tu historia… pero escríbenosla... por favor…

Tu amigo, Manolo”.

Llamé enseguida a Manolo, impactado, por lo que acaba de leer. Que grande este Juan Manuel, deseando estoy leer la novela. Le agradecí a Manolo el detallazo de acordarse se mí, de escribir con tanto cariño esas notas para animarme a escribir una novela… pero le hice ver que mi destino es ser lector, con el ansia eterna de ser escritor… le dije que en muchas novelas, disfruto tanto leyendo que es casi como si yo las estuviera escribiendo y con eso me doy por mas que satisfecho…

 

Nota final: Si has llegado hasta aquí, y no has leído la novela, tienes que leerla, es intuitiva, te reirás, no te aburrirás… Yo suelo decir cuando acabo una novela si es buena o no, basándome en el grado de interés que ha despertado en mí; ese grado lo mido en si leo solo cuando me apetece, o en que aprovecho cualquier momento libre para leer la novela… en el caso de Trigo limpio… en una escala de 1 a 10, mi interés por leer la novela ha sido de un 10… es decir solo dejaba de leerla porque me llamaba mi mujer, y mi mujer es dios, (como la madre de Juan Manuel) y a dios hay que obedecerle…

 

Mauricio Ruiz Berlanga.

19 de noviembre de 2017.

Día en el que mi pueblo ha sido nombrado capital española de la gastronomía del año 2022… una grandísima noticia que hay que celebrar.

 

 


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