sábado, 14 de noviembre de 2020

 


 



Gregorio Verdugo. El loco de la calle. Ediciones En Huida. Castilleja de la Cuesta (Sevilla) 2018.

 

Que de tiempo hacía que no venía con Manolo a la Plaza Cabildo. La verdad es que en verano no venimos nunca porque esta atestada de gente. Eso es bueno para los hosteleros, pero malo para la tranquilidad con la que a Manolo y a mi nos gusta conversar saboreando una copa de manzanilla y una tapita de papas aliña o de huevas aliña, esta última la preferida de Manolo que cuando la pide siempre dice… nunca consigo en mi casa aliñarlas y darle el punto que le dan a las huevas aliña aquí… y yo le digo… porque el punto se la da la plaza Cabildo… la misma hueva con la misma sal, la misma cebolla, el mismo aceite en tu casa nos sabe igual… hay que venir aquí a tomarla, con este sol, esta temperatura maravillosa, este ambiente pausado, lánguido, que hoy tenemos… porque ya digo… en verano o los fines de semana mejor dejarle el sitio a los foráneos que también tienen derecho a disfrutarla… que plaza¡¡ la de historias, eventos y personajes que ha conocido… Mientras pienso en la belleza que tiene mi plaza, miro el reloj porque Manolo suele llegar a nuestras citas siempre antes que yo, y me extraña que no haya aparecido aún… el camarero, que nos conoce, ya me ha dicho un par de veces con guasa que si se me ha perdido el niño hoy…. allí lo veo venir, por la esquina de la casa de los Chacartegui… aunque la casa ya no es de esta familia… como casi ninguna de las de toda la vida…la mayoría han vendido, o tienen alquilados los bajos para bares, a cual mejor… todos los bares de la plaza del cabildo se afanan en dar lo mejor de Sanlúcar sobe todo a los que vienen de fuera… y han conseguido hacer famosa la plaza Cabildo casi tanto como Bajo de Guía, buque insinia de la gastronomía sanluqueña, junto con el prestigioso Restaurante el Veranillo y el Gastro Bar Doña Calma, regentado por los Hermanos Hidalgo Prats que son punteros en el buen hacer de la cocina típicamente sanluqueña… aquí en la Plaza Cabildo se lleva la palma Casa Balbino, que en Sanlucar es Barbino, con erre, donde Manolo y yo, de jóvenes nos tomamos nuestros primeros cubatas… dos ginebras con Coca Cola doble, doce pesetas… y vámonos que nos vamos… el padre de los Barbinos tenía allí un almacén, de aquellos de hace cincuenta años… en los que se vendía de todo, incluso café molido recién tostado… en el local el almacén era lo mas grande, pero justo al lado tenía otro local de poca fachada pero de interior largo con un mostrador de aquellos antiguos, donde despachaba sobre todo vino, en vaso, que es como siempre se ha bebido la manzanilla en Sanlucar… el catavino es una pijotada de los jerezanos… con un platito de altramuces, que aquí se llaman chochitos… y se jugaba a las cartas… al rentoy, que es un juego de aquí de Sanlúcar con muchos adeptos, aunque cada vez menos, porque la juventud actual es mas de póker digital, una desgracia, porque hay dinero de por medio… en el rentoy hay habilidad, mala leche, engaño… y se montaban unas tanganas juagando, enviando, faroleando, es muy entretenido…  se juega a parejas… y allí en aquel cuchitril jugábamos a la conviá… la pareja que perdía le pagaba los cubatas a los que ganaban… Manolo y yo nos compenetrábamos bien… pero igual se perdía que se ganaba… cosas de las cartas y del que mejor se la apañaba para colocárselas al repartirla…que hay mucho vivo suelto por aquí… y hablando de vivos… ya tengo al Manolo sentado frente a mí llamando al camarero para pedirle una cervecita, de entrada, que hace un día estupendo, incluso calor, para ser doce de noviembre…  

A Manolo se le cambia la cara cuando le da el primer buche a la cerveza… ese momento es un éxtasis… un orgasmo cervecil… como entra por la garganta ese frescor, ese burbujeo, esa sensación de picoteo que te estremece… es inigualable… sobe todo con sed, con calor… ya recuperado del sublime momento Manolo me dice lo mismo que yo he sentido cuando me senté cuando llegué… qué bien se está aquí en esta Plaza y que bonita es mi Plaza Cabildo… si que lo es, le digo… el camarero que pasa por la mesa de al lado le canta a Manolo… quiere usted una tapita de huevas… le faltó tiempo a Manolo en decir si con los labios, con la cabeza y con las manos a la vez… como te cuida el Chano, le digo a Manolo… el muy orgulloso me dice… es que son muchos años que lo conozco… es más, conocí a su padre, que es el verdadero Chano, de hecho, cuando el padre vivía, éste era, el hijo del Chano… su padre era un supersticioso de cuidado, me recuerda, me dice Manolo, a un personaje de uno de los relatos que acabo de leer, regalo de la Marisa, que sabe que me gustan los relatos… vio en el escaparate de la librería Atlántida uno titulado El loco de la calle y me lo compró… está muy bien, porque son relatos intensos, alguno impactante, llegan, se leen con avidez… este que te digo del supersticioso se titula Un tipo de los mas supersticioso… y ya te digo, calcado al Chano padre…que la gente decía también que era gafe… como Bartolomé Arenilla, el protagonista del relato… Y de qué va el relato, le pregunto a Manolo, que ya ha empezado a comer la hueva aliña que le ha traído el hijo del Chano… no te lo voy a contar porque quiero que lo leas, y lo disfrutes, como yo le he disfrutado… me parece bien, le digo… lo único que te puedo decir, me dice, es que como el Bartolomé Arenilla éste, hay mucha gente, presa de sus miedos, fobias, y supersticiones…

Ya había dado Manolo cuenta de la tapa de huevas. Me preguntó si pedía ya una copita de Manzanilla… claro que sí, le dije, llamó al Chano que de lejos entendió que significaba la señal de victoria que le hacía Manolo… llegó pronto el Chano con las dos copitas… y no sé porqué me acordé de un hermano del Chano que hacia tiempo que no lo veía, y le pregunté a Manolo por él… pues se mató, me dice Manolo, de mal de amores… males calcados a los que relata magistralmente Gregorio Verdugo, en el relato que titula Dos Cartas… entre otras frases para enmarcar elijo esta: puestos a tener que morir, decidió ser él quien escogiera el momento… lo que me gustaría hacer a mí, le digo a Manolo, cuando me llegue el momento de la chochez, deje de ser yo mismo, no me pueda valer y me convierta en una carga para los míos… pero ese es otro tema… me corta Manolo… ya, pero es un tema que debemos de afrontar sin miedos, con valentía, porque la vejez deshumanizada, con perdida de memoria, se convierte en un martirio para los tuyos… una tortura para ti… y por eso lo mejor… elegir tu el momento cuando puedes hacerlo… déjalo ya… me suelta Manolo, con el día tan bueno que hace… vamos a disfrutar del momento, levanta la copa y me hace brindar con él… salud!!... que sea lo que Dios quiera… asiento, porque Manolo es mucho Manolo y le levanta el ánimo a las piedras…

Que me gusta la Plaza Cabildo, me dice de nuevo Manolo… fíjate la casa de allí enfrente ,le digo a Manolo,  la que tiene la facha pintada de ocre, suave a la vista… allí vivía Manolín, que rompió en gay, aunque la gente decía que vivió toda su vida con su hermana la soltera, y que más que gay era sarasa, no se le conoció nunca pareja alguna… y salta Manolo… coño! como el Capullito de sensiblería otro de los relatos que he leído… va de eso pero con aliciente… ya lo sé, le digo a Manolo lo tendré que leer para saber… bueno, me interrumpe Manolo, solo te adelanto una frase que me encantó de este relato… el tiempo le enseñó que el amor se esconde tras cualquier resquicio… después de rumiar la frase que me dice Manolo, le digo que me encanta… Manolo me dice que escribe de lujo el Verdugo este… hay más…

En esta plaza, me dice Manolo, ha vivido y vive, una fauna digna de conocer… en esta casa que tenemos a nuestra espalda,  me contó mi madre, que ella lo conoció, vivió un escritor raro de cojones… si que he odio hablar de él, le digo a Manolo… tenía fama de guarro entre las mujeres… ese! afirma Manolo… la gente decía de él que siempre tenía las cortinas echadas para mirar a las mujeres y masturbarse detrás de ellas… bueno ya sabes tú como la gente se fastidia al no poder enterarse de los que cada persona hace o deja de hacer… pues también hay un relato que se titula La música a todo volumen que va de un escritor, solitario, odiado por el vecindario, porque no se deja conocer… en fin… que lo tendrás que leer para saber más… me río, porque Manolo, sufre más que yo por no contarme de qué van los relatos… pero también se regodea de decirme una y otra vez que lo tengo que leer, porque sabe lo que me gustan los buenos relatos, como a él… así es la única manera de despertarme las ganas de leerlo… Mira quien viene por allí… quién?, le inquiero a Manolo… Antonia… la del traje fucsia… vecina de la plaza… y según mi madre, la tía mas envidiosa del pueblo… tiene fama de santa, porque va a Misa a todos los días al convento de las Dominicas… y da limosnas a todos los que piden por la plaza… pero la envidia enmohece hasta a los santos… como dice Gregorio en el relato que te acabo de mencionar…  También, continua Manolo, en este relato se escribe en un tono machista redomado que el autor pone en boca del escritor mencionado… se despacha bien de putas y de zorras… que también las ha habido en esta plaza, como en todas, aunque, aquí hay mas putos que putas… y se hecha a reír el Manolo… y yo con él… Chano!! trae dos más, esta vez con papas aliñas… suelta el Manolo…

En esta plaza, me dice Manolo, aquella casa tiene la misma fachada que del palacio de los Duques de Montpensier, porque el Duque se la construyó a su mantenida… dicen que era una monería de mujer… como la protagonista del relato titulado Cuello de cisne herido… que evoca en su lectura a una mujer ideal, la que cada uno en nuestros sueños eróticos nos imaginamos, perfecta en todo… esa mujer, me dice Manolo, como aquella que viene por allí, la dueña de la librería Atlántida, Lucia, que si es un portento en lo físico más lo es en el trato…  le digo a Manolo que nos ha visto y que se acerca a nosotros a saludarnos… nos levantamos… nos pone el codo que estamos en la era Covid… le preguntamos cortésmente que adonde va tan guapa, y nos dice que va a la Biblioteca Municipal, que tiene sede en la Plaza Cabildo en el edificio que antes era el Ayuntamiento o Cabildo de Sanlúcar, de ahí el nombre de la Plaza, que hay un acto conmemorativo del Día de las Librerías… Lucia le pregunta a Manolo que si le ha gustado el libro de relatos que le compró su mujer… le dice que ella lo ha leído y que le gustó mucho todo él, memos una frase que tiene en el último relato del libro que dice: un libro no hace amigos, todo lo contrario, ayuda a defenestrar las pocas amistades sobre las que uno se sostiene en la vida… y la prueba palpable que no es así, nos dice Lucia, es vuestra amistad… asentimos los dos… embobados con ella, porque es muy guapa…apura porque tiene prisa… se despide… nuevo codazo… nos quedamos un rato de pie contemplándola marchar… nos sentamos… nos miramos… sonreímos… que gran mujer!!...

Me pregunta Manolo que si yo sabía que se celebra el Día de la Librerías… y le digo que hay días para todo… se celebra todo… y le digo que sí, que sabía que hoy 13 de Noviembre se celebraba el día de las Librerías porque lo he visto en el Facebook de la Librería Yerma de Sevilla que la sigo… ah! me dice Manolo, pues tengo curiosidad por saber que día se celebra mañana… se lo voy a preguntar al oráculo Google… ahí se queda Manolo dando al teclado del móvil… mientras yo pienso en lo que nos ha cambiado la vida el llevar en la mano un teléfono, un ordenador, un equipo de música, una televisión… pues vaya tela! exclama Manolo, mañana se celebra el Día Mundial de la Frenología… que no es una ciencia, mas bien una pseudociencia, que trata de la determinación del carácter y de los rasgos de la personalidad basándose en la forma del cráneo… le digo a Manolo que eso no tiene ninguna base científica, aunque se le dio en su día mucha credibilidad y habrá hasta quien se la siga dando… pues cómo te quedas, me dice Manolo, si te digo pero no te cuento que en el relato El maestro Rupertti el protagonista tenía dedos de frenólogo… El perfil es el espejo del alma, dice Rupertti…lo demás lo tendrás que descubrir tú…

Manolo se queda un rato con la vista perdida… yo sorbo manzanilla… que me trae aromas amargos al paladar… pero placenteros… veo que Manolo se gira para fijarse bien en algo… y me dice… ves aquellos dos que están allí sentados en La Gitana… le sigo la mirada y sí, veo sentados a Matías y a Alberto, maestros jubilados de aquí de Sanlúcar… me dice Manolo, con cara de asombro, te quieres creer, que el el relato Retiro de fantasmas, tiene a dos protagonistas que se llaman Matías y Alberto… hay que ver que casualidad, le digo… está claro, Manolo,  que me tiene que dar ya norte de todos los relatos… pues sí, me dice Manolo… se queda pensativo… y me comenta la amistad tan bonita que tenemos… le digo que no se me vaya a poner sentimental… pero es verdad que lo nuestro no es muy corriente… porque la mayoría de las amistades de hoy en día son por conveniencia, por aficiones, por gustos… pero no son como la que nos cuentan en ese relato que tienes que leer, me dice… se aprende mucho… fíjate como termina el relato… A fin de cuentas, de poco serviría la literatura a no ser por su desmesurado poder para cambiar la realidad porque, en definitiva, nasa existe si no ha sido nombrado, que es como decir contado… bravo, Gregorio¡¡

Mira, me dice Manolo, ahí tienes a otro incondicional de la Plaza Cabildo… éste está definido tal cual en El fingidor… lo menos cuatro generaciones nos hemos emborrachado con él, y ahí sigue de aquí para allá con su andador, con su buenos modales… es un mito… El Cabeza… El equilibro se ha convertido en su reto diario… pero el relato no va del Cabeza, me dice Manolo… pero me lo ha recordado… de alguna manera lo define… lo tendrás que leer… y se ríe…pues mira, le digo, por seguir hablando de El Cabeza… mi hermano Jesús, que ronda ya los setenta y pico años, fue de la pandilla del Cabeza, luego esa es la edad que tiene el cabeza arriba o abajo… setenta y pico… y luego estuvo en la pandilla de mi hermano Juan, que tiene sesenta y siete años… y luego en mi pandilla y en la tuya que tenemos sesenta y dos… en Barbino tiene un azulejo dedicado a él… los años que lleva entrando allí y colocándose en el mismo rincón… es incombustible me dice Manolo… es buena persona, le digo… fíjate que el otro día estuvo con mi hijo en una celebración de algo, y me mando recuerdos… me dice mi hijo que el se vino a las cinco y allí se quedó el Cabeza… sin duda nos enterrará a todos… sentencia Manolo.

Mira, aquella que viene por allí, la Juana, también la calca Gregorio en el relato La desnudez de la honra… la desconfianza personificada… no se fía ni de su sombra… me revientan, me dice Manolo, esas personas que van por la vida sin fiarse de nadie, creen, ahogadas por sus complejos,  que todo el mundo la quieren engañar… y si encima son soberbias como la Juana, se une el hambre con las ganas de comer… le digo a Manolo que la copa de manzanilla está vacía hace un rato… busca con la mirada al Chano… al momento las copas llenas, y esta vez acompañadas de papas aliña con melva canutera… que manjar… le digo a Manolo que por qué la llama canutera… por su forma de canuto, me dice… y añade… la melva canutera es una melva que no llega a pesar más de 600 gr.  por eso sus filetes salen en forma de canutos… la melva convencional puede llegar a pesar 1,5 Kg y sus filetes son de mayor tamaño… eres un libro abierto le digo a Manolo… que va me dice… lo mire el otro día en Google que es el libro gordo de Petete del siglo XXI…

Le pregunto a Manolo si le queda algún relato por citar… nueve, me dice…  vamos a un  ritmo de tres copas de manzanilla por relato… luego nos quedas tres copas de manzanilla… pues no vamos a ir de aquí calentitos, le digo a Manolo… y qué más da… un día es un día y lo malo es un diario… pues cuéntame algo de los tres que van unidos a esta copa de manzanilla que nos acaban de traer… espera que cate la melva y te cuento… me dice Manolo… sorbe manzanilla en su justa  medida para saborearla bien y me suelta… en La conciencia del héroe no es el protagonista, pero interviene en la trama un camarero inteligente, como el Chano… en Quemando velas… el ánimo no me acompañaba y la realidad me desbordaba… lo demás lo tendrás que descubrir tú… así lo haré le digo a Manolo… que pinta bien… y el tercer lance de esta copa… el que da titulo al libro El loco de la calle… es un cuento magistral… una soberbia narración dedicada al maestro de los maestros de contar relatos… Jose Luis Borges… así que tienes tres alicientes más, me dice Manolo, para comprarte el libro y saborearlo como yo saboreo esta copa de manzanilla que voy a vaciar… El loco de la calle, le digo a Manolo, es también una canción de un cantautor al que adoro, Manolo García, cuando era del grupo El último de la fila… esa canción El loco de la calle, tiene un estribillo precioso que dice… Paso al loco de la calle, paso al ansía de vivir…

Vamos a por otros tres… me dice Manolo… adopto posición de escucha… pero nos interrumpe el Chano con dos nuevas copas de manzanilla… todavía hay papas para empapar, le digo al Chano que nos pregunta si queremos algo más… en la siguiente para rematar, le digo… y me dice Manolo… las abuelas aunque sean una estantigua, siempre despiertan ternura… así lo hace Gregorio en La yaya… y que ternura despierta esos hombres buenos del titulado Pájaros negros… y que inquietante Arturo, el fabulador que vive en la mentira…  o sea, le resumo a Manolo, tenemos otros tres estupendos relatos… a saber… uno de abuelas, otro de hombres buenos y otro de un mentiroso… bueno, mas o menos, me dice Manolo… ten en cuenta que te los estoy nombrando al azar… que trece de ellos están narrados en la Plaza Cervantes, que es como decir la Plaza Cabildo… son Plazas que hacen cultura… que son la cultura del pueblo en sus personajes…

Y para terminar, que son las dos y media y mi mujer me va a matar… vamos  a pedir la cuenta le digo a Manolo y me lo cuentas paseando… llamamos al Chano… al que previamente le hemos dibujado en el aire cálido de la plaza cabido una cuenta… pagamos religiosamente  a medias… nos despedimos hasta mañana… y caminamos entre palomas que pueblan el suelo de la Plaza Cabildo… si no me equivoco, le digo a Manolo, me tienen que hablar de tres últimos relatos, que no son los tres últimos del libro… sino los tres que te faltan a  ti por recordar ¿no?...así es, me confirma Manolo… está el de El roquero antológico… que bien pueden ser recuerdos de la adolescencia de cualquiera de nosotros… bueno de la mía no… apuntilla Manolo, porque yo no me inicié en la mística de los estupefacientes… ni yo, le digo a Manolo… los dos hemos sido mojigatos… alguna calada a algún porrito y poco más… se ríe Manolo… como tiene que ser… de este relato, me dice Manolo, recuerdo que me quede con el final del mismo, porque no sé si asumo esa frase o no… como usted bien sabe, los recuerdos unen, mientras que el vivir distancia… hay que darle vuelas le digo a Manolo, pero yo con la manzanilla que nos hemos tomado estoy ahora algo espeso… lo dejo para cuando lo lea… si, mejor, me dice Manolo… que continua hablando… Está el de La Seño… que me emocionó con frases como: se comían los mocos juntoscondenado a navegar sin dificultad por los tedios del amoracosarla con martingalas de enamoradoinmersos en un viaje vertiginoso hacia la dicha infinitael amor se le cortó como la leche caduca… para mí, me dice Manolo, siendo todos excelentes, este es uno de los mejores, sin duda… creo, le respondo a Manolo, que esto de los relatos es como la vida misma… a cada cual le llega como le llega… y lo vive y lo siente de aquella manera… y por último, me queda… me dice Manolo acelerando el paso porque se está meando y todavía le queda un  buen trecho para llegar a su casa… tenia que haber meado en el bar… siempre me pasa igual… me rio de la situación… y me dice Manolo, no te rías cabrón… y le digo si me rio porque yo estoy igual que tú… que como me pare meo… vaya dos vejestorios, dice Manolo… bueno suelta ya el que queda que en esta calle nos separamos ya… pues queda me dice Manolo, el resumen magistral de lo que tu y yo vivimos en los últimos años de la dictadura… El pájaro del olvido… y no te cuento mas para que te lo leas esta tarde de un tirón que merece la pena… y me dice adiós sin pararse… y yo le contesto igual… adiós… sin pararme… porque estamos los dos en pleno dialogo con nuestras respectivas próstatas para que sean buenas y nos den vidilla hasta que lleguemos a casa…  

La Plaza del Cabildo, donde Manolo y yo hemos estado esta mañana departiendo lo acabas de leer… que bien podía haber sido la plaza Cervantes…




 

Mauricio Ruiz Berlanga

               

 

La portada del libro: https://www.edicionesenhuida.es/wp-content/uploads/2018/09/LOCO-portada.jpg

La foto de la plaza: https://www.juntadeandalucia.es/cultura/agendaculturaldeandalucia/evento/plaza-del-cabildo-en-sanlucar-de-barrameda